Cuando erupciona un volcán se libera una nube o niebla volcánica a la atmósfera, la cual contiene gases como el vapor de agua, dióxido de carbono, monóxido de carbono, óxidos de azufre, hidrógeno, nitrógeno, flúor, cloro, boro y arsénico. Cuando la lava llega al mar y entra en contacto con el agua salada se produce una reacción química que emite a la atmósfera ácido clorhídrico, el cual es muy irritante para el sistema respiratorio al igual que para los ojos y la piel.
La inhalación de estos aerosoles (partículas y gotitas diminutas) con alto nivel de acidez pueden empeorar enfermedades pulmonares como el asma o el EPOC y experimentar agudizaciones por parte de los pacientes que las padecen.
Los síntomas más frecuentes son;
Recomendaciones para toda la población pero en especial para los pacientes con problemas respiratorios crónicos que se encuentran en las inmediaciones de la erupción volcánica:
Tóxicos que producen afectación en la vía aérea.
Desde Cape deseamos enviar un mensaje de ánimo a los habitantes de la isla de La Palma, especialmente a las personas que lamentablemente han perdido sus casas y posesiones. Rogamos que todo aquel que se haya desplazado a la zona obedezca las instrucciones de las autoridades, con el fin de no obstaculizar la labor de los equipos de emergencias.
Laura Pérez Martín es médico especialista en Neumología en Cape. Además, trabaja en el Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Estudió medicina en la Universidad de La Laguna (ULL) y se especializó en Neumología en el Hospital Universitario de Canarias.
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