¿Cuándo utilizar antibióticos en las infecciones de garganta?
Las infecciones de garganta (faringoamigdalitis agudas) en la edad pediátrica se deben en su mayor parte a infecciones víricas, en las que los antibióticos no ayudarán a resolverlas. No hay que olvidar que también las pueden causas algunas bacterias como el Streptococcus β–hemolítico del grupo A (SBGA), en las que sí que serán eficaces los antibióticos. De ahí la importancia de poder diferenciarlas a la hora de ponerles tratamiento.
¿Cómo diferenciaremos si la causa es vírica o bacteriana?
Es muy difícil diferenciarlas, ya que los síntomas y los hallazgos físicos las hacen casi indistinguibles. Ni siquiera la aparición de pus en las amígdalas nos ayuda a diferenciarlas.
Los pequeños tendrán dolor, molestias para tragar así como fiebre y “ronquera”, pero son, todos ellos, síntomas comunes a todas las infecciones de garganta.
La escarlatina, producida también por la bacteria Streptococcus β–hemolítico del grupo A (SBGA) se puede presentar en algunos pacientes con faringitis estreptocócica y se caracteriza por un sarpullido rojo brillante que afecta a la mayor parte del cuerpo.
En CAPE disponemos en la actualidad del test rápido de detección de antígeno estreptocócico (TRDA), basado en la detección del antígeno carbohidrato específico de la pared celular de Streptococcus ß-hemolítico del grupo A. Presenta una precisión diagnóstica muy próxima a la del cultivo (84 a 99% de sensibilidad y 95 a 99% de especificidad), además de disponer del resultado en plazos muy cortos (5-10 minutos).
¿A quién realizar el test (TRDA)?
Se recomienda realizarlo en pacientes que cumplan unos criterios clínicos mínimos en escalas de predicción clínica que hagan probable el diagnóstico. En pacientes de 4 años o más, cuando hay faringitis y dos o más criterios de Centor:
• Fiebre > 38,5° C.
• Exudado o hipertrofia amigdalar.
• Adenopatías laterocervicales dolorosas.
• Ausencia de tos.
El test rápido de detección de antígeno estreptocócico (TRDA) debería estar en toda consulta de Pediatría para así evitar tratamientos innecesarios con antibióticos a los más pequeños de la casa. Así lo recomiendan la mayoría de las guías de práctica clínica basada en la evidencia.