Semana mundial de la lactancia materna

La semana mundial de la lactancia materna, instaurada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF en 1992, se celebra del 1 al 7 de agosto.

La lactancia materna favorece mejorías en la salud de las madres y de los niños.

La Organización Mundial de Salud (OMS) recomienda la Lactancia Materna de manera exclusiva durante sus primeros seis meses de vida y mantenerla junto con alimentación complementaria hasta, al menos, dos años.

El calostro es la primera leche que la glándula mamaria produce durante los últimos meses de embarazo y primeros días tras el parto y proporciona todo el alimento que necesita el bebé durante los primeros días. Es muy denso y de color amarillo y la madre no nota los pechos llenos. Poco a poco la leche se irá haciendo más blanca y ligera y aumentará la cantidad (leche madura) de acuerdo a las necesidades del bebé. Es muy importante iniciar la lactancia tras el nacimiento tan pronto como sea posible.

Existen muy pocas contraindicaciones:

- Infección materna por VIH

- Galactosemia: enfermedad rara en la que los bebés que no pueden digerir la lactosa de la leche.

- Infección por el virus HTLV-I

- Disminuye el riesgo de que padezca alergias, diabetes, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, obesidad, hipertensión o cifras altas de colesterol.

- Parece tener cierta protección frente a linfomas y algunos otros tipos de cáncer

Beneficios para la mamá:

- Previene las hemorragias post‐parto, ya que la succión del bebé facilita que el útero recupere su tamaño inicial y disminuye la posibilidad de anemia.

- Favorece la recuperación del peso pre-embarazo.

- Produce bienestar emocional y proporciona una oportunidad única de vínculo afectivo madre-hijo.

- Reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario.

- Mejora el contenido en calcio de los huesos al llegar a la menopausia.

- Se recomienda no usar el chupete más allá del año de edad, para evitar los efectos adversos relacionados con su empleo prolongando (problemas dentales, otitis media,…).

- La leche materna se puede almacenar un tiempo variable según la temperatura y las características del frigorífico-congelador. Conviene enfriarla rápidamente y congelarla lo antes posible.

- Conservarla en envases destinados a uso alimentario, mejor cristal, que se deben limpiar previamente con agua caliente y jabón y dejar secar al aire. Puede utilizarse lavavajillas. No es necesaria la esterilización.

- Descongelar pequeñas cantidades pasándola al frigorífico o sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente. No utilizar microondas ni calentar directamente.

- La leche descongelada no se debe volver a congelar. No almacenar de nuevo la leche probada por el bebé.

- No existe una única posición adecuada para amamantar, lo importante es que la madre esté cómoda, que el bebé esté enfrentado y pegado al cuerpo de la madre y que se agarre bien al pecho, introduciendo gran parte de la areola en su boca, para que al mover la lengua no lesione el pezón.

- Los cambios en el sabor de la leche según los alimentos ingeridos por la madre, favorecerá que el bebé acepte los nuevos sabores cuando se introduzca la alimentación complementaria. Ningún alimento consumido por la madre provoca gases en el niño.

- El primer pecho se debe vaciar bien antes de ofrecer el otro, para que el bebé obtenga la leche más rica en grasas que sale al final y mantener la producción de leche. Algunos bebés solo toman un pecho en cada toma.

- Las mamas están compuestas de tejido glandular (donde se produce la leche), tejido graso y tejido conectivo de soporte. El tamaño de la mama no influye en su capacidad de producir leche.

Hemos querido resaltar la importancia de la lactancia materna en esta semana conmemorativa, sin olvidarnos de que hoy en día, optar por la lactancia artificial para alimentar al recién nacido también es una alternativa válida. En una próxima entrada hablaremos acerca de los beneficios de ésta.